La mayoría de nosotros no pensamos mucho en la salud del hígado, pero se estima que el 25 % de los adultos estadounidenses padecen la enfermedad hepática no alcohólica (NAFLD, por sus siglas en inglés), por lo que debemos ser conscientes de ello. También conocido como hígado graso, NAFLD es la etapa más temprana de la enfermedad hepática. Es la enfermedad hepática crónica más común en los Estados Unidos. Aún más alarmante, el 20% de las personas con NAFLD tienen la forma más grave llamada esteatohepatitis no alcohólica (NASH). Este tipo de hepatitis significa que el hígado no solo es graso, sino que también está hinchado o inflamado. El daño de las células hepáticas ocurre en pacientes con EHNA.
¿Qué es el hígado graso?
Aproximadamente del tamaño de una pelota de fútbol, su hígado filtra todo lo que ingresa a su cuerpo. Además de desintoxicar la sangre, produce bilis para ayudar a descomponer la grasa. El hígado también produce, almacena y libera glucosa.
Aunque es normal que el hígado contenga algo de grasa, debe ser menos del 5% al 10% del peso de su hígado. Tienes un hígado graso si es más que eso. Puede ser causado por el consumo excesivo de alcohol o por una amplia gama de condiciones, como la obesidad, el síndrome metabólico, el colesterol alto, la diabetes o la hepatitis C. El hígado generalmente puede soportar mucho abuso antes de que comiencen a surgir los problemas, pero esto también significa Se pueden producir daños graves antes de que sepa que su hígado está en peligro. A pesar de la capacidad de recuperación del hígado, no se puede vivir sin uno, por lo que es tan importante mantener la salud del hígado.
No existe un tratamiento médico disponible para el hígado graso, pero las enfermedades del hígado graso alcohólico y no alcohólico son reversibles con cambios en el estilo de vida. Ya sea que le hayan diagnosticado hígado graso o quiera prevenirlo, aquí hay 10 consejos para mantener su hígado en la mejor salud posible.
Coma una dieta saludable
Coma una dieta nutritiva, balanceada y de alimentos integrales. Eso significa evitar los carbohidratos y azúcares procesados, las grasas saturadas y la sal; y saciarse con frutas frescas, verduras, cereales integrales, proteínas, lácteos y grasas saludables.
Evitar el aumento de peso
Mantener un peso saludable ayudará a disminuir el riesgo de desarrollar la enfermedad del hígado graso. Una buena regla general es un índice de masa corporal en el rango normal (18-25), pero hable con su médico para obtener orientación sobre un peso saludable para su tipo de cuerpo.
Haz ejercicio regularmente
El ejercicio no solo ayuda a mantenerse en forma, sino que también quema los triglicéridos, lo que puede reducir la cantidad de grasa almacenada en las células del hígado.
Limite su consumo de alcohol
Observe cuánto bebe. Las pautas del gobierno de los EE. UU. recomiendan no más de una bebida al día para las mujeres y dos bebidas para los hombres. Aunque, estudios globales recientes sugieren que no hay niveles seguros de consumo de alcohol.
Ten cuidado con los medicamentos
Algunos medicamentos recetados, como las estatinas o los esteroides, pueden causar daño hepático, mientras que los medicamentos de venta libre (como el paracetamol y los antiinflamatorios no esteroideos) también pueden causar daño hepático si toma demasiado o si bebe alcohol mientras tomándolos. Lea siempre las etiquetas de advertencia y hable con su farmacéutico si tiene dudas.
Prevenir la Hepatitis
Aprenda a prevenir la hepatitis y vacúnese. Si cree que puede haber estado en contacto con el virus, hágase la prueba. Hay varios tipos de hepatitis viral que pueden causar enfermedad hepática.
Tomar café
La investigación muestra que beber café reduce el riesgo de enfermedad hepática. Los beneficios protectores aumentan con cada taza hasta 4 tazas diarias, independientemente de si bebe regular o descafeinado.
Evite las toxinas
Limitar el contacto directo con toxinas, como productos de limpieza, insecticidas y químicos. Use guantes cuando manipule toxinas y use una máscara o asegúrese de estar en un área bien ventilada.
Considere los suplementos con cautela
Algunos suplementos dietéticos pueden dañar su hígado. Por el contrario, algunos suplementos afirman ayudar a restaurar la salud del hígado. Siempre discuta el uso de suplementos con su médico, especialmente si está tomando medicamentos recetados.
Hágase revisiones periódicas
La prevención es clave cuando se trata de enfermedades hepáticas, así que aproveche los exámenes anuales de bienestar. Un simple análisis de sangre es a menudo el primer paso para identificar la enfermedad hepática, incluso antes de que se desarrolle cualquier síntoma.
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