If usted tiene más de 50 años, es posible que tenga grasa residual que ha resistido todos sus intentos para moverla. Si usted es un hombre, esta grasa obstinada puede estar en la parte inferior del abdomen, espalda baja o cintura. Si usted es una mujer, que podría ser el superior de los brazos, los muslos o las caderas. La mía ha estado en la parte inferior del abdomen. Decidí que si no podía deshacerse de él, tendría que vivir con ello.
Decidí vivir con mi grasa terca. Yo estaba contento con mi dieta y ejercicio y no quería poner mucho más esfuerzo en lo que estaba haciendo. Me hubiera gustado que perder unas cuantas pulgadas de mi estómago, pero no estoy buscando el aspecto six-pack-abs. De hecho, en general, yo estaba en muy buena forma y en muy buen estado de salud. Mi objetivo siempre ha sido mantener una buena salud y la movilidad sin llegar a ser fanáticos. Por lo tanto, mi grasa terca había llegado para quedarse - o así que pensé. Pero entonces las cosas cambiaron.
Cogí un libro en una venta de libros y decidí comprarlo por referencia. El libro fue acerca de cómo se podría ralentizar el proceso de envejecimiento por comer los alimentos correctos para su tipo de sangre. Se sentó en su casa durante una semana o así antes de lo abrí. Cuando lo empecé a leerlo, me quedé fascinado. Fui a través de la lista de alimentos que había estado comiendo que los antígenos creadas en mi cuerpo - un antígeno es un elemento que hace que el sistema inmunológico del cuerpo para responder (esperando yo que hacia arriba).
Me sorprendió que dos de los principales alimentos que comía - los productos lácteos y el trigo - podría causar que mi cuerpo reaccione como si estuviera siendo atacado. Además de eso, había una larga lista de otros alimentos - frutas, verduras y frutos secos que yo pensaba que eran buenas para mí, que estaban trabajando en contra de mi bienestar. Decidí cambiar mi comida para adaptarse a las listas en el libro. He cambiado a las frutas y verduras que eran buenas para mi tipo de sangre. En vez de comer trigo o cereal de avena para el desayuno, cambié a pequeñas porciones de carne magra y los huevos. He cambiado mis sándwiches para el almuerzo de trigo de grano entero de pan de escanda. Esto tuvo resultados sorprendentes.
En un período de 4 semanas, perdí 7 libras (un poco más de 3 kilos) - Fui de 154 libras (70 kilos) a 147 libras (67 kilos) y tuvo que tirar en mi cinturón un par de muescas. Mi régimen de ejercicio no ha cambiado, a pesar de que podría estar haciendo un entrenamiento más intervalo de lo que era, por lo que la pérdida de peso fue realmente debido a mi cambio en la dieta. Además de eso, estoy durmiendo mejor y, de acuerdo con mi mujer, no estoy tosiendo tanto por la noche. Eso sí, yo no sabía que estaba tosiendo.
La pérdida de la grasa del estómago, mi grasa terca, era un efecto secundario positivo, ya que no me puse a hacer eso. Aparte de eso, me siento con más energía y alerta. Me sentí muy bien antes, pero ahora me siento aún mejor. Esta pérdida de peso y la vitalidad adicional ha quedado conmigo y ahora es de unos 4 meses en. Estos cambios son permanentes, porque voy a trabajar para asegurarse de que son.
Todo este ejercicio ha sido un recordatorio oportuno para mí estar abiertos a nuevas ideas y estar dispuesto a cambiar. Porque yo estaba dispuesto a cambiar me siento mejor y no tener que vivir con esa grasa obstinada después de todo. Tal vez usted no tiene que vivir con la suya tampoco.