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Aspectos metodológicos al analizar el papel de la actividad física en la prevención del cáncer gástrico: una revisión crítica

Aspectos metodológicos al analizar el papel de la actividad física en la prevención del cáncer gástrico: una revisión crítica
Resumen comentario El efecto beneficioso de la actividad física (AF) se ha confirmado en varios tipos de cáncer (especialmente los tumores de colon y de mama). Sin embargo, el papel de PA como un factor de riesgo directamente relacionada con la incidencia de cáncer gástrico es todavía abierto a la duda. Esto se debe en parte al hecho de que la mayoría de los estudios no han considerado gástrica sub-sitio o la histología del cáncer de esófago, así como los diferentes métodos utilizados para medir la PA. De hecho, algunos estudios han tratado de vincular el cáncer gástrico con la intensidad y el tiempo PA, mientras que otros se han centrado en un tipo PA específico, como actividad recreativa, ocupacional o deportivo. Por otra parte, la mayoría de ellos no utilizan cuestionarios validados, y otros crean un índice de PA y emplean diferentes medidas unitarias (equivalentes metabólicos, horas /semana, veces por semana, etc.), lo que hace difícil la comparación de sus resultados. En estas circunstancias, esta breve revisión crítica tiene como objetivo explorar y mostrar todas las cuestiones metodológicas que deben ser tenidos en cuenta con el fin de objetivar la relación entre el PA y el cáncer gástrico, así como proporcionar soluciones alternativas a estos asuntos.
Palabras clave cáncer gástrico
la actividad física ancianos Epidemiología Introducción
el cáncer gástrico es el cuarto tipo común de cáncer en todo el mundo, y debido a su alta incidencia y la supervivencia de los pobres, es la segunda causa principal de muerte por cáncer en todo el mundo [8]. En la Unión Europea, es el quinto cáncer en la incidencia y el cuarto de la mortalidad [21]. La mayoría de los factores involucrados en la patogénesis de este acto tumor en el microambiente de la mucosa gástrica en un período de tiempo prolongado y son responsables de cascada precancerosa el conocido de Correa, que precede al desarrollo de cáncer invasivo [12, 14]. Se han propuesto varios factores de riesgo ambientales sobre estos cánceres, incluyendo el tabaco o el consumo de alcohol, la dieta y la medicación [15]. El Helicobacter pylori
también se considera como el factor de riesgo más fuerte singular para este tipo de cáncer, básicamente mediada por la interacción de sus características genéticas y las del huésped [39].
Aunque la incidencia de cáncer gástrico ha disminuido entre los población en general, esto no es el caso de las personas de edad avanzada, debido a la mayor esperanza de vida [31]. Un estilo de vida sedentario se ha asociado con un mayor riesgo de cáncer entre la población de edad avanzada [23]. Por lo tanto, se ha verificado que las personas mayores deben llevar una vida activa con el fin de reducir su incidencia [22]. A este respecto, merece la pena mencionar que, si bien los efectos beneficiosos de la actividad física (PA) se han confirmado en varios tipos de cáncer (especialmente en el cáncer de colon y de mama), el papel de PA como un factor de riesgo directamente relacionada con la incidencia de cáncer gástrico sigue abierta a la duda [26, 49].
Varios mecanismos biológicos, que pueden ser localizada (específicamente relacionada con la localización anatómica) o sistémica [11], se han propuesto para explicar la relación entre PA y cáncer gástrico. En el primer caso, se ha sugerido que la actividad física puede reducir los niveles circulantes de varios marcadores de inflamación tales como la proteína C-reactiva, interleucina-6 y factor de necrosis tumoral alfa [13]. Por lo tanto, el ejercicio podría reducir la inflamación del estómago del epitelio, como se ha propuesto anteriormente en otros trastornos digestivos inflamatorias crónicas [2]. En la misma línea, la concentración de prostaglandina E 2, un marcador de inflamación que se ha asociado con el riesgo de cáncer gástrico [17], podría reducirse debido a la realización de los ejercicios de resistencia [34]. En cuanto a los efectos sistémicos, la evidencia se basa en la influencia que el rendimiento en el ejercicio parece tener sobre el sistema inmune, principalmente mediante la mejora de sus respuestas inmunitarias innatas y adquiridas al reconocer y eliminar las células cancerosas [24]. Además, PA puede reducir el estrés oxidativo, aumentar las enzimas antioxidantes y mejorar los sistemas de reparación del ADN [35]. Por último, los efectos del ejercicio sobre el metabolismo de los lípidos deben tenerse en cuenta. De hecho, la obesidad y PA pueden promover el desarrollo de tumores a través de diversas vías metabólicas y endocrinas, que implica a la insulina, factor de crecimiento similar a la insulina, la leptina y varios adipoquinas [3]. En este sentido, los resultados de estudios observacionales apoyan una asociación positiva entre el índice de masa corporal y el riesgo de adenocarcinoma de esófago y cardias [29].
A pesar de todo esto, la evidencia de estudios epidemiológicos que vinculan el cáncer gástrico y PA es inconsistente. Esto se debe en parte a los diferentes métodos utilizados para medir y al hecho de que su asociación con el cáncer gástrico no se analiza en general, según la ubicación y el tipo histológico.
En estas circunstancias, esta breve revisión crítica tiene un doble objetivo. En primer lugar, se centra en todos los aspectos metodológicos que deben ser tratados con el fin de objetivar la relación entre el PA y el cáncer gástrico. En segundo lugar, se trata de ofrecer alternativas metodológicas que puedan ayudar a mejorar la consistencia de los futuros estudios de este tipo. México La importancia de considerar el cáncer gástrico sub-localización e histología
Desde un punto de vista histológico, el cáncer gástrico debe ser clasificados de acuerdo con su distribución sub-sitio. Sin embargo, varios estudios sobre el papel protector de la AP en esta patología han considerado como una sola unidad. Por ejemplo, Brownson et al. [9] encontró un exceso de tumores malignos de esófago en personas cuya ocupación involucrados moderada PA. Sin embargo, los autores no incluyeron un análisis histológico. Del mismo modo, tanto el Chino- y un estudio de casos y controles basados ​​en el hospital-italianos emparejados [6, 52] mostró que con frecuencia PA tuvo un efecto protector sobre el cáncer gástrico, pero los autores consideran como una entidad completa. Del mismo modo, los estudios de cohorte se observó un aumento estadísticamente significativo del riesgo de cáncer asociado con niveles más altos de PA. Sin embargo, no se reportó información sobre la relación de la PA con carcinoma esofágico y gástrico según su histología y localización anatómica [36]. Esta falta de información puede ser observado en estudios prospectivos con resultados similares [26].
Por otra parte, algunos estudios han tenido en cuenta histológico sub-sitio de la hora de analizar el efecto de la PA, el riesgo de cáncer gástrico, pero no hay conclusiones definitivas se puede extraer de ellos. Por ejemplo, Sjödahl et al. [43] observaron que las personas que realizaron al menos moderada PA mostraron una disminución en el riesgo de cáncer gástrico. Aunque los autores distinguen entre los casos de cardias y no cardias, que no incluyen los tumores de cardias en su análisis final. Del mismo modo, en un estudio de casos y controles que encontró una asociación inversa entre un estilo de vida activo y el riesgo de incidencia de cáncer de estómago, los autores recopilaron datos sobre histológico sub-sitio. Sin embargo, los análisis estratificados no se realizaron debido a la insuficiente potencia estadística [11].
Por lo tanto, desde un punto de vista epidemiológico, los futuros estudios de este tipo deberían distinguir entre los tumores distales (no cardias), tumores de la región proximal el estómago (cardias) y los de la unión gastroesofágica. Además, se debe analizar el adenocarcinoma esofágico separado (fuertemente relacionado con gastro-esofágico enfermedad por reflujo) cánceres de carcinoma esofágico de células escamosas y Francia El problema de la medición de la actividad física sobre el cáncer gástrico:. Pistas metodológicas
Con el fin de evaluar la relación entre PA y el cáncer gástrico, hay varias preguntas que deben ser tenidos en cuenta. En primer lugar, los temas objeto de estudio deben ser clasificados en una categoría particular y específica de acuerdo con su nivel de PA. Por lo tanto, los tres componentes PA (es decir, la frecuencia, duración e intensidad) deben ser examinados dentro de cada categoría. Además, se debe especificar claramente el tipo de PA que está siendo evaluado, de acuerdo con los dominios donde se lleva a cabo normalmente. Finalmente, dado que la práctica de AF varía en la vida, es necesario tratar de reunir información acerca de este hábito en etapas diferentes edades.
Clasificación según el nivel de PA
Algunos estudios epidemiológicos no han logrado identificar con precisión el nivel de AF realizada por el cáncer gástrico pacientes incluidos en sus muestras. Por ejemplo, Leitzman et al. [32] siguió durante 8 años una cohorte de 487,732 hombres y mujeres en Estados Unidos y encontró una fuerte relación inversa entre el PA y el riesgo de adenocarcinoma gástrico (cardias y no cardias), pero no para esofágico de células escamosas. Aumento de la PA se asoció con un menor riesgo de adenocarcinoma esofágico. Sin embargo, la medición de la PA era estrictamente relacionada con la realización de actividades continuas de cierta intensidad. Por lo tanto, se omitieron las actividades de menor intensidad, como caminar, y los esfuerzos físicos inferior a 20 min. En una línea similar, Yuasa et al. [57] sugiere un efecto protector de la PA, el carcinoma gástrico después de entrevistar a 106 pacientes que sufren de esta enfermedad maligna. Sin embargo, el nivel de actividad de la muestra se obtiene simplemente separando los que nunca ejerce desde los que realizan PA al menos 1 hora por semana. Por último, algunos estudios no han explicado en profundidad cómo nivel de PA se evaluó y analizó. Por lo tanto, no hay más discusión en este sentido se puede hacer.
Por lo tanto, Sundelöf et al. [46] observó que el nivel de PA no afectó el riesgo de mortalidad en el adenocarcinoma esofágico, carcinoma esofágico de células escamosas o carcinoma de cardias gástrico. Sin embargo, no se muestra información acerca de cómo realizar se midió la intensidad o la frecuencia de la PA. Del mismo modo, Lagergren et al. [30] No se encontró ninguna asociación entre el PA y el riesgo de adenocarcinoma de esófago. La actividad física se midió y se divide en cuartiles según 12 variables que incluyen los de siempre, pero el énfasis del papel era el índice de masa corporal como factor de riesgo, por lo que poco se hizo mención de los métodos PA o resultados.
Con el fin de sea ​​capaz de relacionar e identificar el nivel de AF, es aconsejable evitar las variables dicotómicas (sí sedentarios /no; activa /inactiva) que limitan la información y la evaluación del impacto PA. En este sentido, algunos autores han sugerido el uso de datos objetivos, como el consumo de oxígeno y mediciones de frecuencia cardíaca basal [41]. Por otra parte, es esencial disponer de una unidad de medida capaces de calificar el rendimiento físico individual y clasificarlo correctamente, de acuerdo a la frecuencia, duración e intensidad. En este sentido, parece útil seguir los cinco unidades propuestas en las pautas de actividad física de 2008 (inactivo, baja, media, alta o muy alta) [38] expresada en equivalentes metabólicos (MET) /hora /semana [53].
con el fin de clasificar las actividades llevadas a cabo de acuerdo con el trato de economía, el Compendio de la Actividad física, que recientemente ha sido actualizado [1], se utiliza generalmente como un marco de referencia [25, 26]. Sin embargo, los valores en el Compendio no tienen en cuenta variables específicas tales como la edad, el sexo o la masa corporal entre otros. Teniendo en cuenta todo esto, es recomendable para estudios adicionales para ajustar los valores MET obtenidos siguiendo las directrices propuestas por algunos autores [10, 28].
Otras acciones que se deben llevar a cabo con el fin de medir con precisión el nivel de PA de los pacientes son averiguar la cantidad de tiempo (en minutos) que pasan haciendo PA en una semana típica (incluyendo, por lo tanto, el fin de semana), así como teniendo en cuenta la influencia del tiempo sobre los hábitos deportivos. Por lo tanto, es interesante distinguir al menos entre el frío (otoño-invierno) y estaciones cálidas (primavera-verano) [42].
Por último, con el objetivo de identificar la intensidad de la AP realizada por los pacientes, algunos los estudios han tratado de recopilar información sobre la respuesta fisiológica relacionada con el desempeño PA (aparición de sudor, dificultad para respirar, el nivel de fatiga, etc.) [25, 32]. Sin embargo, puesto que la capacidad de esfuerzo es diferente en cada persona, y dado que la respuesta fisiológica orgánica depende en gran medida del nivel de condición física de cada individuo, los criterios antes mencionados pueden ser engañosas. Por lo tanto, parece más precisa para obtener datos sobre la intensidad de la AP realizado teniendo en cuenta, siempre que sea posible, las variables objetivas relacionadas con ella, como la velocidad, el ritmo cardíaco o la cantidad de carga. Este recurso metodológico puede ayudar a mejorar la validez de la puntuación total y el índice de PA PA que se utilizan en algunos estudios para calcular el nivel de PA de cada paciente [25, 26, 50].
Selección de dominios PA
Por lo general, , PA dominios se dividen en cuatro categorías: profesional, hogar, el transporte y el tiempo de ocio; el último, ya sea con una finalidad recreativa o competitiva. Sin embargo, este punto clave metodológica en la medición de la cantidad de PA realizadas por los pacientes con cáncer gástrico es demasiado a menudo ignorada. Por lo tanto, De Jonge et al. [15] entrevistó a 126 pacientes con cualquiera de esófago, cardias o adenocarcinoma de células escamosas, pero sólo la recogida de información sobre los niveles de AF en el trabajo y durante el tiempo libre. Además, los autores no informaron acerca de la influencia de este factor de riesgo, en cualquier caso. Un enfoque similar se utiliza en la Nova Scotia Barret Estudio Esófago [3], donde, después de entrevistar a los pacientes con adenocarcinoma del esófago, lo que lleva una vida activa se identificó como un factor clave capaz de reducir el potencial de progresión a malignidad invasiva en una fase temprana. Sin embargo, la evaluación del PA se limita a calcular la cantidad de horas semanales de trabajo dedicado a actividades de baja, media y alta intensidad y de ocio. En una línea similar, Watabe y col. [51], que no encontró evidencia de PA como un factor de riesgo, sólo se informó acerca de la relación entre la actividad recreativa y cáncer de estómago, mientras que en otros estudios, se observó cierto grado de asociación entre el rendimiento de PA y el riesgo de cáncer gástrico, pero de nuevo se midió sólo el tipo de recreo [11, 43]. Por último, en el estudio Whitehall [4], se encontró un efecto protector de la actividad de viaje en el cáncer de estómago entre los hombres, pero no se midió ningún otro tipo de PA.
Factores ocupacionales se han considerado como jugando un papel importante en la etiología de varios tipos de cáncer. Por lo tanto, diferentes estudios han investigado la relación entre PA ocupacional y cáncer gástrico, y que algunos de ellos observó un aumento del riesgo de este tipo de cáncer en las personas que se supone que son menos activas físicamente en el trabajo [9, 20, 45], otros no lo hicieron encontrar ningún grado de asociación [18]. Por el contrario, Wannamethee et al. [50], quien informó que los riesgos de cáncer esofágico y gástrico una relación inversa a PA, PA no incluyeron en el trabajo en la puntuación total índice PA utilizado para evaluar los niveles de actividad de los pacientes.
De los estudios revisados, parece que la forma más precisa de medir el nivel de actividad que implica una ocupación está asignando una puntuación PA a cada puesto de trabajo. Por ejemplo, Vigen et al. [49], la actividad clasificada en el trabajo (por ejemplo, el secretario) sedentaria, moderada (por ejemplo, trabajador de venta) y los altos puestos de trabajo (por ejemplo, jardinero) y se obtuvo un tiempo de vida en el trabajo índice total de la actividad física. Sin embargo, el uso de los títulos de trabajo como representantes de PA relacionado con el trabajo podría ser propensa a errores de clasificación [11]. Además, este tipo de investigaciones no tienen en cuenta las modalidades de PA fuera del lugar de trabajo. Por lo tanto, cualquier conclusión debería ser considerado como evidencia indirecta. Una posible solución a este asunto podría ser la aplicación de la norma ISO 8996: 1990 [27] para la actividad profesional informado. Esto parece ser una estrategia interesante, ya que permite la clasificación de la demanda esfuerzo de acuerdo con el coste energético en MET /hora /semana. Por lo tanto, con sólo saber la profesión del paciente y la cantidad total de tiempo dedicado a ello, es posible obtener un valor específico de nivel de AF ocupacional.
Para terminar, hay varias pistas metodológicas que se deben tener en cuenta en el análisis de dominios PA. Por ejemplo, las tareas del hogar puede ser perfectamente considerado como trabajo /actividad profesional. Lo mismo sucede con el trabajo agrícola, que es una necesidad para algunos mientras que una diversión para los demás. Por lo tanto, parece importante para diseñar y dedicar una parte del cuestionario PA al aspecto profesional, y otro para el desempeño de PA en general. Esta sección debe incluir todo tipo de PA que el paciente puede llevar a cabo durante las horas libres. Dada la dificultad que implica que hay que recordar y enumerar todas las actividades llevadas a cabo durante una semana típica, las preguntas deben estar debidamente contextualizados y muestran ejemplos. En este sentido, es recomendable incluir secciones referentes a las tareas del hogar (incluyendo el trabajo agrícola menor y jardinería), PA como un medio para la salud o el movimiento (caminar, montar en bicicleta, subir o bajar escaleras) y el deporte recreativo (distinguiendo entre individual y de equipo deportes) o la práctica competitiva (formación monitoreo y dirigido a un alto rendimiento).
Medición de la PA durante la vida
al analizar la asociación entre el cáncer gástrico y el nivel de actividad, las variaciones en los cambios en la PA durante la vida no siempre se tienen en cuenta , con lo que potencialmente falta una verdadera asociación entre ellos. Incluso los estudios longitudinales han demostrado algunos defectos metodológicos en la materia, tales como tratar de medir el nivel de actividad de los pacientes simplemente incluyendo definiciones comunes de PA en los cuestionarios globales sobre los factores de estilo de vida [54, 56], en lugar de utilizar las longitudinales específicos.
el PA medición durante toda la vida se basa en la auto-reporte de la AP, que es conocido por estar sujetos a errores de medición. Este error se vuelve agrava cuando las medidas se combinan con un indicador de cambio de la PA con el tiempo. Por lo tanto, dado que el cuestionario es el único enfoque realista que se puede utilizar para medir PA vida en estudios epidemiológicos, que debe ser probado correctamente, validado y diseñado. Por ejemplo, Inoue et al. [26] utilizó un enfoque cuantitativo para la evaluación usando una escala común para estimar el efecto PA en el riesgo total de cáncer (incluyendo cáncer de estómago), por medio de METS. Por otra parte, se evaluó la validez de la puntuación MET propuestos /día en los pacientes de su muestra en dos temporadas diferentes. Sin embargo, el estudio se centró en nivel diario de AF total, y no está claro si se midió la variación en los cambios en la PA durante la vida. En esta línea, Huerta et al. [25] llevó a cabo un estudio prospectivo en más de medio millón de participantes en diez países europeos, con el fin de confirmar la protección putativo de la PA, el cáncer gástrico. La actividad física se mide por medio de un índice general, que había sido previamente validado. Sin embargo, la validación transcultural podría no ser del todo apropiado. Los autores tiempo invertido en el deporte y el ciclismo combinan, pero no es claro si esta variable podría ser un indicador preciso de la participación PA. De hecho, en algunos países, el ciclismo depende de varios factores culturales y ambientales, y que no es tan común como caminar, lo que podría ser un indicador más apropiado. Además, después de la revisión de la literatura relacionada con el diseño y la administración anterior del cuestionario, parece que los pacientes sólo se les preguntó sobre el rendimiento de PA durante el año anterior. Una vez más, no es lo suficientemente claro si se controlaron los cambios en la vida PA.
Como se señaló anteriormente, el nivel de PA no se mantiene constante en las personas durante toda la vida. En general, el volumen de PA disminuye con sucesivos grupos de edad, y hay una reducción aún mayor relacionada con la edad en la participación en actividades deportivas y de salud vigorosos [47]. Por lo tanto, es fundamental para conocer el comportamiento de nivel de AF por lo menos hasta la aparición del cáncer. En este sentido, uno de los mejores ejemplos de cómo la vida PA debe medirse se pueden encontrar en un estudio de casos y controles a nivel nacional canadiense, en el que la información sobre el PA de los participantes durante mediados de los adolescentes, 30 años, 50 años de edad y el periodo de aproximadamente 2 años antes de la entrevista /diagnóstico se reunió [11]. Sin embargo, no está claro si estos se organizaron las clases de edad de acuerdo con los criterios establecidos o al tamaño de la muestra y la cantidad de información disponible, con el objetivo de obtener la mayor cantidad de potencia estadística como sea posible. A este respecto, un claro patrón de rendimiento de PA se ha observado entre estas cuatro categorías de edad: < 25, de 25 a 39, 40 a 54 y ≥ 55 años [33]. Por otra parte, los cuestionarios históricos tienden a examinar PA por separado en las edades de 12-18, 19-34, 35-49 y ≥ 50 años [38]. Sin embargo, el gasto de energía PA es notoriamente difícil de medir en situaciones de vida libre, y la medición retrospectiva plantea un reto aún mayor, dada la dificultad en la validación de tales mediciones. En este sentido, se ha propuesto dividir los cuestionarios en períodos de tiempo discretos, a partir de los más recientes años 15 en tres secciones 5 años. Después de esto, las preguntas relativas a AP desde la edad de 20 años hasta los 15 años más recientes se debe pedir en secciones de 10 años [5].
Posibilidades para cuantificar objetivamente PA
Como se ha indicado anteriormente, PA es un comportamiento complejo y multidimensional muy difícil evaluar objetivamente en los estudios epidemiológicos. Particularmente difícil es la estimación del gasto de energía PA (PAEE). El estándar de oro para medir PAEE durante las condiciones de vida libre es el método del agua doblemente marcada, combinado con una evaluación de la tasa metabólica en reposo. Sin embargo, este enfoque es caro y no proporciona ninguna información sobre la intensidad y frecuencia patrones [7]. A este respecto, los sensores de movimiento están surgiendo como una alternativa viable. Tres clases de sensores de movimiento están siendo utilizados cada vez más en poblaciones con dolor crónico de la enfermedad, podómetros, acelerómetros y sistemas multisensoriales integrados, cada uno de ellos mostrando importantes limitaciones [48]. Los podómetros son limitados en su capacidad para detectar ciertos patrones PA, mientras que los acelerómetros han mostrado limitaciones en la estimación de las actividades físicas de intensidad moderada, así como para actividades estáticas y dinámicas varias de estilo de vida, especialmente ejercicios en el agua [44]. sistemas integrados multisensoriales combinan con otros sensores acelerómetro que las respuestas del cuerpo de captura de hacer ejercicio y tienen varias ventajas, tales como proporcionar información contextual en tiempo real, así como la clasificación de las actividades en diferentes tipos y convertirlos en una estimación del consumo de oxígeno. Sin embargo, ellos son conocidos por subestimar o sobreestimar el gasto de energía en condiciones de vida libre [19, 55]. Además, estos dispositivos se han utilizado con frecuencia en pacientes con enfermedad crónica [48].
En cuanto a estudios sobre el cáncer, podómetros y acelerómetros se utilizan básicamente para motivar y evaluar la adherencia PA [40]. Sin embargo, existen pruebas de que los dispositivos de motor se pueden utilizar en la investigación epidemiología del cáncer, al igual que en el caso de las mujeres noruegas y estudio del cáncer [7]. Tenido en cuenta la metodología utilizada en este estudio de cohorte, así como la información proporcionada en una similar [16], algunas pautas básicas se pueden establecer para futuras investigaciones destinadas a la medición de pacientes con cáncer gástrico niveles de AF por medio de sensores de movimiento. Por ejemplo, es aconsejable utilizar un sensor combinado que proporciona estimaciones de PAEE utilizando datos acelerometría y de seguimiento de la frecuencia cardíaca. Esto permitirá a superar algunas de las limitaciones en cuanto al bajo y sobreestimación de PAEE, indicado anteriormente. En esta línea, parece importante para unir el dispositivo al muslo, ya que permite la diferenciación de períodos sedentarios y activos. Además, el dispositivo permanecerá siempre en la pierna durante el periodo de tiempo previsto a diferencia de otros monitores que están integrados en un cinturón. Por último, con el fin de medir con precisión PA, los pacientes con cáncer deben usar el dispositivo durante 24 h durante al menos 4 días de una semana típica, cada 4-6 meses. Sin embargo, este es un intervalo de tiempo que debe ser probado en diferentes poblaciones con cáncer, ya que podría ser que los patrones de PA no eran relativamente estable durante este periodo de tiempo en cada muestra analizada.
Las limitaciones del estudio
revisiones críticas de este tipo se justifican cuando se proporciona información para guiar los futuros estudios epidemiológicos. Existen dos principales consideraciones metodológicas derivadas de este estudio que debe ser considerado en ese sentido.
En primer lugar, la búsqueda de información se llevó a cabo en el idioma Inglés y principalmente a través de grandes bases de datos. Esta es la razón por artículos publicados en otros idiomas, resúmenes de congresos y otra literatura gris puede que no se han tenido en cuenta. Y en segundo lugar, la cantidad y calidad de la información sobre la evaluación de la PA es pobre en algunos artículos. Como no se ha podido establecer contacto con los autores para que la información podría ampliarse apropiadamente, la profundidad del análisis ha sido limitada.
Implicaciones futuras Vaya con el objetivo de mejorar la metodología de las futuras investigaciones destinadas a evaluar la relación entre PA y cáncer gástrico, algunas consideraciones metodológicas deben tenerse en cuenta. En primer lugar, es recomendable sugerir el uso de cegamiento en la recogida de datos con el fin de evitar cualquier sesgo de información en los estudios de casos y controles. En segundo lugar, una formación adecuada de los entrevistadores debe garantizarse, así como una buena adaptación cultural, y una correcta estructuración del cuestionario de evaluación PA
En tercer lugar, el cuestionario debe proporcionar información acerca de la AP lleva a cabo a lo largo de toda la vida.; la evaluación de los cuatro dominios PA (es decir, la ocupación, hogar, recreación y transporte) con el mismo nivel de precisión, por lo que ninguno de ellos se convierte en insuficiente o overmeasured. Esto evitaría la aparición de sesgo que podría estar asociada con otras variables. Por último, según los autores, este estudio se basa en el análisis PA en estudios observacionales. En consecuencia, el enfoque de los sistemas de asignación al azar y la asignación de los procedimientos de tratamiento se encuentra más allá del alcance de esta investigación.
Conclusiones
La investigación sobre los efectos de la PA en el cáncer gástrico muestra una serie de debilidades metodológicas que nos impiden llegar a una firma conclusión. En este sentido, la falta de atención que se presta al cáncer subsitio gástrica y la histología, la dificultad para evaluar la intensidad de la AP realizado, la necesidad de tener en cuenta todas las áreas donde el primero se lleva a cabo, así como la falta de una forma eficaz de llevar a cabo una evaluación longitudinal de la PA son los aspectos más notables. En consecuencia, la relación entre ambas variables debe ser estudiado por medio de cuestionarios por vida PA que han sido previamente validados y organizados en intervalos de edad definidos de forma coherente. La información obtenida de estos cuestionarios debería tener en cuenta la clasificación de cuatro categoría en la que los dominios PA se clasifican generalmente, así como sus tres componentes. Por último, el nivel de PA informado debe ser categorizada en MET /horas /semana.
Declaraciones
de conflictos de interés en Los autores no tienen ningún conflicto de intereses a revelar.

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