En muchos casos, no se sabe exactamente cuál podría ser la causa de un trastorno gastrointestinal, pero la investigación sugiere cada vez más que los problemas intestinales pueden originarse en el cerebro o viceversa.
El sistema complejo que conecta el cerebro y el intestino se llama sistema nervioso entérico, que es una red de neuronas dentro del tracto digestivo que se extiende desde el esófago hasta el recto.
Las neuronas producen sustancias químicas llamadas neurotransmisores que controlan los procesos digestivos mediante el envío de señales al cerebro, pero las neuronas también actúan como una vía de comunicación bidireccional entre el intestino y el cerebro. Esto significa que la mente puede influir en lo que sucede en el tracto digestivo, incluida la inducción de esa "sensación visceral", y las sustancias químicas y el microbioma en el intestino pueden influir en la mente.
Los científicos saben que las bacterias intestinales influyen en el cerebro, aunque todavía no están completamente seguros de cómo. Descubrieron que la microbiota puede producir neurotransmisores que mejoran el estado de ánimo, como la serotonina y la dopamina, entre otros. Esto sugiere que un ambiente intestinal saludable puede ser un factor clave para prevenir el estrés y la depresión.
Los investigadores de Johns Hopkins Medicine han descubierto que así como la flora intestinal saludable puede influir en el buen humor, el desequilibrio y la irritación en el sistema gastrointestinal pueden tener efectos negativos en la salud mental.
“Estos nuevos hallazgos pueden explicar por qué un porcentaje más alto de lo normal de personas con SII y problemas intestinales funcionales desarrollan depresión y ansiedad”, dijo Jay Pasricha, M.D., director del Centro Johns Hopkins de Neurogastroenterología. "Eso es importante, porque hasta un 30 a 40 por ciento de la población tiene problemas intestinales funcionales en algún momento".
Si experimenta estrés o depresión, es importante buscar tratamiento, sin importar cuál sospeche que sea la causa. Obtener ayuda para los síntomas tanto físicos como mentales es clave para la salud general, especialmente considerando cómo pueden estar conectados.
Además de ver a su médico regularmente, puede considerar tomar suplementos probióticos para promover bacterias intestinales saludables o practicar técnicas de atención plena como una forma no medicinal de aliviar la angustia mental.