Probablemente haya experimentado de primera mano la relación entre el SII y el estrés. Esto tiene mucho que ver con la forma en que nuestro cuerpo responde a los cambios internos o externos. Esta respuesta al estrés, también conocida como respuesta de lucha o huida, parece haberse desarrollado para permitirnos responder a situaciones que amenazan la vida de una manera que maximizaría nuestras posibilidades de supervivencia.
La respuesta al estrés es un proceso complicado. Involucra nuestros sistemas nervioso y endocrino y estimula cambios en una variedad de procesos corporales, incluida la presión arterial, la frecuencia cardíaca, la tensión muscular y el funcionamiento intestinal. Son los cambios en el funcionamiento intestinal los que unen la respuesta al estrés y el SII.
En respuesta a un estresor percibido (externo o interno), varias partes del cerebro comienzan a comunicarse entre sí, incluida la corteza sensorial, el tálamo y el tronco encefálico. Este proceso luego desencadena una respuesta a lo largo de dos caminos corporales principales. El primero es el eje hipotálamo-pituitario-suprarrenal, lo que resulta en un aumento de las secreciones hormonales, particularmente la hormona cortisol.
La segunda vía es el sistema nervioso autónomo, que libera adrenalina (epinefrina) y noradrenalina (norepinefrina) causando cambios en el sistema cardiovascular, muscular y digestivo. Estas dos vías afectan directamente la red de nervios que se encuentra en el intestino, conocida como sistema nervioso entérico.
Este proceso, que comienza con un estresor percibido, seguido de una respuesta cerebral y lo que resulta en la estimulación a lo largo de las dos vías hasta el intestino, ilustra la importancia de observar la respuesta al estrés para tratar de comprender la disfunción que se manifiesta como síntomas del SII.
La respuesta al estrés desencadena los siguientes cambios fisiológicos:
En un intento por encontrar tratamientos efectivos para los síntomas del SII, los investigadores han estado investigando las diversas sustancias que se liberan durante la respuesta al estrés. Una sustancia que parece tener una gran importancia en la respuesta al estrés es el factor liberador de corticotropina (CRF).
CRF es una familia de péptidos (moléculas que unen aminoácidos) que se encuentran en tanto el cerebro como el intestino. En el cerebro, los receptores CRF se encuentran en las áreas relacionadas con la digestión, las emociones y el sistema nervioso autónomo. En el intestino, los CRF actúan dentro del colon para aumentar la secreción de moco y agua, afectan la velocidad de las contracciones del colon (motilidad) y parecen estar relacionados con la experiencia del dolor abdominal.
Se espera que una mejor comprensión del papel de CRF conduzca a mejoras en el desarrollo de medicamentos que aborden los síntomas del SII.