Clostridium difficile produce toxinas en el intestino que penetran en las células de la superficie de la mucosa intestinal, interrumpir su función de barrera. Los investigadores saben desde hace mucho tiempo cómo afectan estas toxinas a las células. Transfieren azúcar para cambiar proteínas, haciéndolos inactivos. Esto conduce a la desintegración y muerte de la célula. Pero no se sabía cómo las proteínas relativamente grandes de las toxinas podían ingresar a la célula huésped. Solo se sabía que las toxinas bacterianas se unen a la superficie de las células intestinales y entran a través de pequeños poros desde estructuras similares a ampollas en el citoplasma llamadas vesículas.
Como ha demostrado el grupo de trabajo, una mayor absorción de las toxinas depende de la proteína TRiC. Es responsable del plegamiento de proteínas, que se producen como largas cadenas de aminoácidos en la célula, dándoles su estructura tridimensional. Los investigadores encontraron que TRiC también juega un papel esencial en el plegamiento de toxinas bacterianas, que se transfieren a través de la membrana celular como cadenas largas y, una vez dentro, tiene que volver a doblar. Cuando los investigadores bloquearon TRiC con un inhibidor o lo apagaron genéticamente, no se produjo envenenamiento de la célula.
El efecto de otras toxinas bacterianas que pueden transmitir azúcares también depende de TRiC. Estos últimos hallazgos pueden ayudar a los investigadores a encontrar agentes activos para combatir las toxinas.