Fig. 26. Esquema de invaginación de siete cilindros.
Como resultado de la implantación que se ha formado se viola en cierta medida la viabilidad del intestino en el lugar de la implantación y, además, sufre la alimentación del trozo del intestino implantado. Obviamente, estos fenómenos están en estrecha conexión. La realización, ya el claro es más espeso, y se perturba más fuerte la circulación de la sangre. Las distinciones a la invaginación en el grado de la viabilidad de la parte estrechada y su alimentación dependen de que intestinos participan en la realización. Si delgado se implementa en grueso, las condiciones son relativamente ventajosas para la conservación de la comida y la viabilidad; si se invaginan fino sobre fino y grueso sobre grueso, las condiciones son adversas. VAKrasintsev (1903) ha formulado esta distinción durante las realizaciones del modo siguiente:"la invaginación en el intestino delgado conduce rápidamente a la gangrena del intestino y en su mayoría se acompaña de los fenómenos de la impracticabilidad completa, y por eso tiene la corriente aguda; la realización en el intestino gordo en su mayoría da el cuadro de la impracticabilidad relativa y puede durar semanas".
Además de las circunstancias descritas, el grado de la viabilidad del intestino en el lugar de la invaginación es influido un poco más por las condiciones:la longitud del intususceptum, la estancia en un claro de invaginaciones de inclusiones (un ascaride, una piedra, un cuerpo extraño), una combinación de invaginaciones con tumores intestinales, hemorragias intraparietales, etc. de pólipos comenzó la implementación, estando en una cabeza de intussusceptum y otro pólipo, honor con tamaño sobre huevo, invaginación terminada. El punto principal consiste, sin embargo, no en que pólipo ha comenzado y que ha acabado la implantación, y que el último pólipo y también hundido en la válvula, ha cerrado herméticamente el claro intussusceptum de dentro, transformando la impracticabilidad relativa en completo.
El prelum de los vasos del mesenterio lleva a la infracción de la circulación de la sangre en la invaginación intestinal. El obstáculo relativo en el reflujo de la sangre conduce al hinchazón de la invaginación intestinal, las equimomas; el cese completo de la afluencia de sangre provoca un infarto hemorrágico con una necrosis del intususceptum. La última circunstancia puede llevar al fin y al cabo al rechazo intussusceptum, othozhdeniya de su per via naturalis ya la autocuración relativa. La longitud del conducto intestinal implantado es extraordinariamente diversa y se conmueve de algunos centímetros a algunos metros.
Todo dicho se refiere a los cambios en el lugar de la invaginación. El grado de la opresión de la obstrucción del claro del intestino en el lugar de las invaginaciones, la longitud del intususceptum influyen en el carácter de la corriente de la enfermedad. Sin embargo no el papel menor en el peso de la corriente de la invaginación lo juega el nivel de la impracticabilidad. El cuadro clínico será distinto a la implantación a lo largo del yeyuno ya lo largo de gordo, a la obstrucción completa o relativa del claro. En vista del nivel de invaginaciones intestinales, ahora se acepta dividir todas las invaginaciones en cuatro grupos:
Si complicar esta clasificación, habiendo introducido el segundo índice, a saber el exponente de la viabilidad de la parte del intestino invaginado, habrá una variedad clara del curso de las realizaciones y el grado de su peso. I. G. Rufanov da las razones de Rafinesku, Notnagel y Vilms que distinguen cuatro formas de un curso de implementaciones:
Además de tal división de las invaginaciones intestinales, hasta antes de ellos dividían por la edad de los enfermos, tomando en consideración que las invaginaciones superagudas y agudas se encuentran, principalmente, a los lactantes, subagudos — a los niños es mayor, y crónico — principalmente a los adultos. Es poco probable estar de acuerdo con tal división incondicionalmente.
Así, I. G. Rufanov ha descubierto que la relación de las invaginaciones agudas con crónico a los adultos es igualmente 56:44, es decir, es casi igualmente frecuente. A los niños las invaginaciones que pasan crónicamente se observan muy raramente (3—5%).