El microbioma intestinal es decir, toda la colonización bacteriana del intestino, juega un papel importante no solo para el organismo sano, pero su asociación con enfermedades crónicas, como la esclerosis múltiple. Dentro del intestino la interacción entre los componentes dietéticos, microbiota, sus metabolitos, y el sistema inmunológico tiene lugar en la pared intestinal.
Así es como las bacterias intestinales pueden afectar directa e indirectamente a estructuras anatómicamente distantes como el cerebro. Respectivamente, el microbioma intestinal actúa como un órgano endocrino autosuficiente que interactúa con el medio ambiente ".
Profesor Aiden Haghikia
En el estudio actual, los investigadores transfirieron con éxito los resultados mostrados previamente en la placa de cultivo celular y el modelo experimental a sus pacientes con EM:los ácidos grasos de cadena corta como el ácido propiónico o su sal propionato aumentaron la diferenciación y función de las células T reguladoras en el intestino.
Estas células detienen los procesos inflamatorios excesivos y reducen las células autoinmunes en enfermedades autoinmunes como la EM ".
Profesor Ralf Gold, Director del Departamento de Neurología del Hospital St. Josef
En su estudio, los investigadores demostraron que la composición del microbioma se altera en los pacientes con EM. Es más, demostraron una deficiencia de ácido propiónico en las heces y el suero de pacientes con EM, que fue más pronunciado en las primeras fases de la enfermedad. Estos datos se obtuvieron en colaboración con el Centro Max Delbrück de Berlín y el Instituto de Ciencias de la Nutrición de la Universidad Martin Luther de Halle-Wittenberg.
En colaboración con investigadores de la Universidad Bar-Ilan de Israel, que había desarrollado un modelo intestinal para el análisis funcional del microbioma, Resultó que los cambios asociados con el propionato del microbioma intestinal desempeñan un papel crucial en la diferenciación de las células reguladoras. El aumento de la función de estas células se debió a su mejor utilización de energía a través de una función alterada de las mitocondrias, como demostró el equipo de investigación en colaboración con el grupo de investigación de Biología Celular Molecular de la Facultad de Medicina de RUB.
Los ácidos grasos de cadena corta representan solo una fracción de los metabolitos de las bacterias intestinales que se generan a partir de la dieta. "La investigación adicional de este órgano en gran parte desconocido y el conocimiento obtenido de él nos permitirá desarrollar medidas dietéticas innovadoras para complementar las terapias conocidas en el futuro, "dice Aiden Haghikia.