Es más, cuando el plástico se degrada, se rompe en micropartículas y nanopartículas más pequeñas, haciéndose presente en el agua que bebemos, el aire que respiramos, y casi todo lo que tocamos. Así penetran los nanoplásticos en el organismo y producen efectos secundarios.
Un estudio revisado liderado por la Universitat Autónoma de Barcelona (UAB), el CREAF y el Centro de Estudios Ambientales y Marinos (CESAM) de la Universidad de Aviero, Portugal, y publicado en la revista Boletín de ciencia , verifica que los nanoplásticos afectan la composición y diversidad de nuestro microbioma intestinal y que esto puede causar daños a nuestra salud.
Este efecto se puede observar tanto en vertebrados como en invertebrados y se ha demostrado en situaciones en las que la exposición es generalizada y prolongada.
Adicionalmente, con la alteración del microbioma intestinal vienen alteraciones en el sistema inmunológico, endocrino, y sistema nervioso, y por lo tanto, aunque no se sabe lo suficiente sobre los mecanismos fisiológicos específicos, el estudio advierte que el estrés del microbioma intestinal podría alterar la salud de los seres humanos.
Los efectos sobre la salud de la exposición a los nanoplásticos se evaluaban tradicionalmente en animales acuáticos como los moluscos, crustáceos y pescados. Reciente in vitro análisis, utilizando cultivos celulares de peces y mamíferos, ha permitido a los científicos analizar los cambios en la expresión génica asociados a la presencia de nanoplásticos desde un punto de vista toxicológico.
La mayoría de neurológicos, Los tractos endocrinos e inmunológicos en estos vertebrados son muy similares a los de los humanos, y por ello los autores advierten que algunos de los efectos observados en estos modelos también podrían aplicarse a humanos.
Comprender y analizar el proceso por el cual estos fragmentos plásticos penetran en el organismo y lo dañan es fundamental, como está determinando precisamente la cantidad y tipología de nanoplásticos que contaminan el medio ambiente.
Por esta razón, Los investigadores destacan no solo la necesidad de seguir estudiando los mecanismos y efectos específicos en los modelos de células humanas, pero también unificar metodologías de análisis para realizar mediciones correctas de la cantidad de nanoplásticos presentes en diferentes ecosistemas.
Mariana Teles, investigador de la UAB, en colaboración con otros investigadores como Josep Peñuelas, Profesor del CSIC en el CREAF, comenta que "este artículo no pretende dar la alarma, pero sí busca advertir sobre el hecho de que el plástico se puede encontrar en casi todo lo que nos rodea, no se desintegra y estamos constantemente expuestos a él. En este momento, solo podemos especular sobre los efectos a largo plazo que esto puede tener en la salud humana, aunque ya tenemos evidencia en varios estudios que describen alteraciones hormonales e inmunes en peces expuestos a nanoplásticos, y que podría aplicarse a los seres humanos ".
El estudio presenta las principales fuentes ambientales a través de las cuales los nanoplásticos ingresan al cuerpo humano y resume cómo pueden penetrar en el cuerpo:al ingerirlos, ocasionalmente inhalándolos, y muy raramente por estar en contacto con piel humana.
Una vez que se ingieren, hasta el 90% de los fragmentos plásticos que llegan al intestino se excretan. Sin embargo, una parte está fragmentada en nanoplásticos que son capaces, debido a su pequeño tamaño y propiedades moleculares, para penetrar en las células y causar efectos nocivos.
El estudio establece que se han descrito alteraciones en la absorción de alimentos, así como reacciones inflamatorias en las paredes intestinales, cambios en la composición y el funcionamiento del microbioma intestinal, efectos sobre el metabolismo del cuerpo y la capacidad de producir, y por último, alteraciones en las respuestas inmunes.
El artículo alerta sobre la posibilidad de una exposición prolongada al plástico, acumulado a lo largo de generaciones, podría dar paso a cambios impredecibles incluso en el mismo genoma, como se ha observado en algunos modelos animales.
El equipo en el que Mariana Teles (Grupo de Inmunología Evolutiva, IBB-UAB) también ha publicado recientemente un segundo artículo que analiza los efectos de los nanoplásticos en los peces.
El estudio, que es el resultado del Ph.D. de Irene Brandts. tesis dirigida por Nerea Roher, fue publicado en Ciencias ambientales:Nano y analiza las consecuencias de la exposición a nanoplásticos para el sistema inmunológico de un pez cebra (un pequeño pez tropical muy utilizado como organismo modelo para la investigación).
Los científicos concluyen que los nanoplásticos pueden acumularse tanto en las células como en los embriones del pez cebra, además, provoca cambios en los niveles de genes relevantes para el correcto funcionamiento del sistema inmunológico del animal. A pesar de este hecho, la capacidad de los embriones de pez cebra para sobrevivir a una infección bacteriana no se vio afectada por la exposición a los nanoplásticos.
No obstante, el equipo de investigadores desafía la necesidad de continuar investigando en este campo, dado que la presencia de microplásticos y nanoplásticos en nuestros ecosistemas es un problema ambiental extremadamente crucial que necesita respuestas para comprender cuán trascendentales pueden ser las posibles consecuencias.
El estudio de revisión reconoce que se están probando diferentes técnicas para eliminar los nanoplásticos del agua, como la filtración, centrifugación y floculación de aguas residuales, y el tratamiento de aguas pluviales.
Aunque los resultados son prometedores, se limitan a tratar partículas más grandes de plásticos, y por tanto hasta la fecha no se ha encontrado una solución eficaz para la eliminación de los nanoplásticos del medio ambiente.
Para solucionar este problema de contaminación plástica, las rutinas humanas deben cambiar y las políticas deben basarse en decisiones informadas sobre los riesgos conocidos y las alternativas disponibles. Son importantes las acciones individuales, como el uso de productos más respetuosos con el medio ambiente y un aumento en los índices de reciclaje ".
Mariana Teles, Investigador, Universitat Autónoma de Barcelona
"Las autoridades pueden impulsar estas acciones proambientales a través de estímulos económicos, como los beneficios fiscales por reutilizar el plástico como materia prima industrial, así como los sistemas de depósito de botellas para los consumidores ", recomiendan los investigadores.