La cirrosis hepática es una enfermedad crónica, progresiva que es más comúnmente causada por el consumo excesivo de alcohol o por la infección de la hepatitis C. El tejido hepático se sustituye por tejido conectivo, que conduce a la pérdida de la función hepática. Las personas con cirrosis hepática pueden desarrollar venas varicosas (vasos sanguíneos agrandados o varices en el esófago). várices sangrantes pueden ser potencialmente mortales. La hormona somatostatina, o medicamentos similares, como la octreotida y vapreotida, se pueden utilizar para tratar de detener la hemorragia. La revisión de 21 ensayos (2588 pacientes) encontró que los fármacos probados no redujeron las muertes. Había una pequeña reducción en la necesidad de transfusiones de sangre, lo que corresponde a una unidad media de la sangre guardada por paciente. Es dudoso si este efecto es que vale la pena.