El rectocele, mejor conocido como prolapso vaginal posterior, resulta de un debilitamiento del tejido que se encuentra entre la vagina y el recto (el tabique rectovaginal). Esto puede provocar un bulto o una hernia en la pared posterior de la vagina. Esta es una condición bastante común para las mujeres, pero muchas mujeres ni siquiera notan los síntomas. Desafortunadamente, a veces el rectocele puede provocar problemas intestinales. Desde el esfuerzo regular durante las defecaciones hasta el parto vaginal, existen muchas razones por las que una mujer puede estar lidiando con un rectocele. Si cree que podría estar lidiando con un rectocele, consulte a un gastroenterólogo para averiguarlo.
Algunas mujeres con rectocele ni siquiera saben que lo tienen hasta que su OBGYN lo descubre durante un examen de bienestar de rutina; sin embargo, si el tejido abultado es bastante grande, pueden aparecer síntomas. Los signos de rectocele incluyen,
Otros síntomas incluyen plenitud vaginal, sangrado y dolor durante las relaciones sexuales.
Si no experimenta ningún síntoma, es posible que su gastroenterólogo no le recomiende un tratamiento ya que su rutina diaria no se ve afectada; sin embargo, si experimenta síntomas, el primer curso de acción será mejorar los movimientos intestinales y hacerlos más fáciles y menos incómodos. Las opciones de tratamiento no quirúrgico suelen ser suficientes para resolver cualquier problema asociado con un rectocele.
Para evitar el esfuerzo y el estreñimiento, los cambios en el estilo de vida pueden incluir:
Si las opciones no quirúrgicas no le han brindado alivio y sus síntomas están interfiriendo con su vida, entonces su médico puede recomendarle una cirugía para restaurar y fortalecer el tabique rectovaginal.
Si bien su OBGYN puede reconocer este problema mientras realiza un examen de rutina, es posible que se necesiten pruebas adicionales. Junto con su OBGYN, también se capacita a un gastroenterólogo para poder diagnosticar y tratar este problema. Llame a su gastroenterólogo para averiguar si podría beneficiarse del tratamiento del rectocele.